lunes, 18 de febrero de 2013














Domingo Bresci, hijo de inmigrantes italianos,  nació en Buenos Aires en 1938.
Su camino se inició el 22 de septiembre de 1962 a la luz del Concilio Vaticano II, cuando la iglesia planteó una profunda renovación estructural y litúrgica, y más tarde profundizó en Medellín, Colombia, mientras se desencadenaba en el país la serie de gobiernos militares que irrumpieron después de Frondizi.

Sus primeros años como sacerdote transcurrieron en la Iglesia Cristo Rey (Barrio de Villa Pueyrredón), los siguientes 25 en San Vicente de Paul, en el barrio de Mataderos, y desde el año 2000 es sacerdote de la iglesia San Juan Bautista el Precursor (Obra de la Fundación Eva Perón) del barrio Saavedra, donde Hernán Benítez, confesor y consultor de Evita, fue sacerdote entre 1949 y 1957.
Desde su lugar intentó promover acciones emparentadas de alguna manera con lo que fue su acción militante en el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, que tuvo su apogeo entre los años 1967 y 1976 aproximadamente. Participó activamente dentro del accionar de los curas tercermundistas, emprendiendo acciones de rechazo a la acción de la dictadura de Onganía y al golpe cívico-militar de 1976.
Es el compilador de los "Documentos para la memoria Histórica" del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.



Daniel Goldman se ordena como rabino en  1985. Durante 3 años fue rabino en Rio de Janeiro y desde 1992 ejerce en la Comunidad Bet El del Barrio de Belgrano, de la Ciudad de Buenos Aires.
Estudió derecho en la UBA, Educación en la Universidad Hebrea de Jerusalén y Talmud en el Hebrew Union College en USA.
Es vicepresidente de la APDH, secretario de la Comisión Provincial por la Memoria, y miembro del consejo consultivo de Poder Ciudadano. Cree fervientemente en el diálogo interreligioso y en el aporte fundacional y pleno que la tradición judía tiene para con la justicia social.
La inspiración de su actividad cotidiana está basada fundamentalmente en el legado profético y toma como modelo de su rabinato la figura del que considera su maestro, Marshall T. Meyer; quien enseñó a sus alumnos la importancia de establecer un puente entre las fuentes judías y la realidad histórica que les toca vivir, con el objeto de transformar al mundo en el reinado de Dios.
Las letras, la tarea pastoral, la filosofía, la música clásica, el tango y el rock nacional, están entre sus actividades preferidas.